
"Podríamos preguntarnos cuánta libertad cabe en la decisión de prostituirse (por ejemplo). Tal vez ni una pizca.
Como decía John Stuart Mill en La esclavitud femenina:
"¿Quién es capaz de decir cuántas mujeres alimentan en silencio aspiraciones de libertad y justicia? Hay razones para creer que serían mucho más numerosas, si no se hiciese estudio en enseñarles a reprimir estas aspiraciones, por contrarias al papel que, en opinión de los esclavistas, corresponde al decoro del sexo femenino"."
Extraído del artículo de GEMMA LIENAS en EL PAIS"Legalizar, ¡menuda panacea!"
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